Ingredientes: amnesia, impertérrito y orquestar.
Cegado por
la ambición como si de una amnesia que deslumbra los recuerdos se tratase,
había conseguido su ruina. Al ver a aquel político sentí indiferencia. No me
creía ninguna de sus palabras. Bajo esa coraza que le hacía parecer
impertérrito, yo solo veía angustia. Si se demostraba que había colaborado en
la trama con otros corruptos del partido sería encarcelado. Fue entonces cuando
la política perdió la escasa verosimilitud que le quedaba y pasó a ser un
conjunto de embustes mal orquestados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario